Cuenta una antigua leyenda que yo pude haber sido
futbolista profesional…pero es una leyenda…
Me inicié en el fútbol federado con 11 años. Empecé de
portero, demarcación que creo que nunca tuve que abandonar. Pero coincidí un
año con dos muy buenos porteros y vi que iba a jugar poco (la verdad es que no
confié en mi mucho…) y pasé a jugar de defensa central. En mi época de cadete
compartía el centro de la defensa del Chipiona FC con Jose Luis Rico Jurado, que posteriormente me dejó
solo mientras él ser embarcaba en las divisiones inferiores del Sevilla FC.
Del Chipiona y gracias al trabajo de mi padre tuve la
suerte de defender los colores del Club Deportivo Segorbe, en la provincia de
Castellón. Allí hice dos muy buenos años, llegando incluso a llamar la atención
de los ojeadores del Club Deportivo Castellón, que en aquellos años campaba por
la primera división del futbol español. Pero el día que fueron a verme los dos
encargados de la cantera me salió el peor partido del año…Creo que el que
nuestro entrenador nos avisara de que estaban allí aquellos dos señores nos
puso nerviosos a más de uno en el equipo…Y perdí la oportunidad de jugar junto
a Gaizka Mendieta
Tras perder aquella
oportunidad pensé que no podría volver a
tener una parecida. Pero de nuevo, el trabajo de mi padre nos llevó esta vez a
Utrera, donde compartí vestuario con enormes futbolistas como Marcos Marquez, Juan Antonio Santaella o Lauren. En aquella temporada, el CD Utrera era filial del Sevilla FC e incluso
entrenábamos en la ciudad deportiva del Sevilla FC. Oportunidad inmejorable
para intentar ser futbolista profesional, que perdí por mi falta de fuerza de
voluntad y creer más en mí…
Y así, pasados muchos años, cerré mi faceta futbolera
en Las Palmas de Gran Canaria, como portero, haciendo cuatro años muy buenos en fútbol aficionado…Que sabe nadie si hubiese seguido de portero y hubiese confiado más en mi como portero…igual sería leyenda…
Y también hay una leyenda que dice que soy incapaz de
salir a correr tres días en la misma semana…pero eso ha dejado de ser leyenda
ya. Esta semana he podido completar tres salidas de running con dos de gym. Y
además he conseguido encontrar eso que llaman ritmo, algo de lo que oigo mucho
pero nunca experimento…Parece que empiezo a coger de nuevo una buena onda y la
verdad es que el cuerpo lo nota. Encima, he conseguido por fin poner en armonía
la alimentación sana junto al entrenamiento, dejando a un lado la bollería, el
chocolate y las cervecitas…Y se nota, vaya si se nota. En definitiva, seguimos
acumulando kilómetros, sensaciones y buenas vibraciones… come on¡¡¡¡¡
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