martes, 28 de octubre de 2014

Mi no-crónica de Las Palmas Night run

La última vez que me puse un dorsal y participé en una prueba deportiva se remonta ya a los albores de la era primaveral, cuando me embarqué en la mayor aventura realizada hasta el día de hoy: Transvulcania. Desde aquella carrera he intentado, sin éxito, volver a sentir lo que es "competir". Han sido mas de tres y diría que hasta 4 carreras en las que lo he intentado pero sin poder llegar a hacerlo. La única de esas carreras que había pagado era la última, http://lpanightrun.com/. Menos mal que las otras no las había pagado, por que si no, vaya cara de pardillo tendría hoy. 
Pues después de unos meses donde empezaba a sentir la chispa de la forma, me encaraba ya hacia la ya mítica carrera nocturna capitalina. Me la había preparado bien, dentro de mis limitaciones de tiempo y entrenamiento e iba con la idea de bajar MMP. Un mes de septiembre donde pude entrenar más o menos bien y octubre que iba con buenas sensaciones. 
Llegamos a la semana de la carrera y algo me dice ya el lunes que me parece que me voy a quedar con las ganas de correr. Aún así, el jueves me presento a recoger mi dorsal. Ir a recoger el dorsal a las 4 de la tarde del jueves fue de lo mas rápido en mi vida, con una zona un tanto desangelada de gente teniendo incluso que presenciar el "peculiar" entrenamiento que estaba dando un monitor sobre un tablado...creo que los únicos que le echaban cuenta en ese momento eran las palomas del parque. Después de recoger una de las mejores bolsas de corredor que he tenido el gusto de recibir, me vuelvo a casa. Llega el sábado y me  levanto  sabiendo que No voy a ir a correr, pero aún así me hago mi rutina de estiramientos nada más levantarme y sigo con ilusiones de poder participar en la prueba...Finalmente no pude ir y aquí acabó mi crónica. 
Lo peor de la carrera? Tener que llamar a DG Eventos mas de mil veces a fin de devolver el chip, que hasta ahora no he podido hacerlo y tener la obligación de comerme las chocolatinas de la bolsa antes de noviembre, que es cuando caducan...
Proxima parada...SIN EXPECTATIVAS

viernes, 10 de octubre de 2014

Soy leyenda...

Cuenta una antigua leyenda que yo pude haber sido futbolista profesional…pero es una leyenda…
Me inicié en el fútbol federado con 11 años. Empecé de portero, demarcación que creo que nunca tuve que abandonar. Pero coincidí un año con dos muy buenos porteros y vi que iba a jugar poco (la verdad es que no confié en mi mucho…) y pasé a jugar de defensa central. En mi época de cadete compartía el centro de la defensa del Chipiona FC con Jose Luis Rico Jurado, que posteriormente me dejó solo mientras él ser embarcaba en las divisiones inferiores del Sevilla FC.
Del Chipiona y gracias al trabajo de mi padre tuve la suerte de defender los colores del Club Deportivo Segorbe, en la provincia de Castellón. Allí hice dos muy buenos años, llegando incluso a llamar la atención de los ojeadores del Club Deportivo Castellón, que en aquellos años campaba por la primera división del futbol español. Pero el día que fueron a verme los dos encargados de la cantera me salió el peor partido del año…Creo que el que nuestro entrenador nos avisara de que estaban allí aquellos dos señores nos puso nerviosos a más de uno en el equipo…Y perdí la oportunidad de jugar junto a Gaizka Mendieta
Tras perder  aquella oportunidad pensé que no podría  volver a tener una parecida. Pero de nuevo, el trabajo de mi padre nos llevó esta vez a Utrera, donde compartí vestuario con enormes futbolistas  como Marcos Marquez, Juan Antonio Santaella o Lauren. En aquella temporada, el CD Utrera era filial del Sevilla FC e incluso entrenábamos en la ciudad deportiva del Sevilla FC. Oportunidad inmejorable para intentar ser futbolista profesional, que perdí por mi falta de fuerza de voluntad y creer más en mí…
Y así, pasados muchos años, cerré mi faceta futbolera en Las Palmas de Gran Canaria, como portero, haciendo cuatro años muy buenos en fútbol aficionado…Que sabe nadie si hubiese seguido de portero y hubiese confiado más en mi como portero…igual sería leyenda…

Y también hay una leyenda que dice que soy incapaz de salir a correr tres días en la misma semana…pero eso ha dejado de ser leyenda ya. Esta semana he podido completar tres salidas de running con dos de gym. Y además he conseguido encontrar eso que llaman ritmo, algo de lo que oigo mucho pero nunca experimento…Parece que empiezo a coger de nuevo una buena onda y la verdad es que el cuerpo lo nota. Encima, he conseguido por fin poner en armonía la alimentación sana junto al entrenamiento, dejando a un lado la bollería, el chocolate y las cervecitas…Y se nota, vaya si se nota. En definitiva, seguimos acumulando kilómetros, sensaciones y buenas vibraciones… come on¡¡¡¡¡